Somos mi lucha, la tuya, la nuestra, la vuestra y la suya. La llama que vive, que de las cenizas renace de aquella época de libertades. Esas ganas de vivir, de gritar, de ser felices. De cuando salías a la calle y había alegría. Podías sentir la libertad, rozar tus labios. Lo habíamos conseguido, nos habíamos liberado. Éramos tan iguales, tan diferentes.
Estábamos unidos, juntos. Así lo conseguimos. Ahora luchamos por ello de nuevo, por volver a ser lo que un día fuimos. Por mejorar aquella sensación, por convertirla en una realidad. Luchamos por salir a la calle sin miedo, sin necesidad de protección ni seguridad. Luchamos por acabar con todo. Por empezarlo. Solo queremos ser lo que somos, solo queremos ser personas. Vivir de nuevo en aquel mundo maravilloso...
Somos los restos de lo que los nuestros fueron, su lucha, sus frutos. Alcanzaron cuanto pudieron; solo oímos hablar de aquello. Yo solo recuerdo sus palabras mezcladas con mis sueños, las ganas de vivir, gritar y ser feliz, ser libre y ser aquello por lo que luchamos, por lo que nunca fuimos pero conseguirmos.
Salud y libertad.
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