miércoles, 27 de noviembre de 2013

Un 14 de Abril de 1931

Naciste, creciste y te derrotaron pero nunca te mataron. Sigues viva en cada corazón de cuantos te conocen y en cada mente de cuantos te lucharon. No te vi nacer, no te vi crecer, no vi como fuiste derrotada. Tu corta estancia en nuestras tierras fueron suficientes para añorarte, para quererte y para cantarte. Incluso para gente como yo que no tuvo el placer de conocerte. Fueron bonitos días aquellos cuando estabas, cuentan los más ancianos entre lágrimas de rabia y eñoranza. Fueron duros días aquellos  cuando intentaron matarte y todos ellos, unidos, lucharon por ti y fracasaron. Peores fueron los años siguientes sin tu alegría y libertad, sin nada por lo que sonreír, sin ti. Parecía que habías muerto pero no. Aquí estás, en este texto, en el corazón de miles de personas, en mi corazón, en mis ganas de luchar. He oído de ti maravillas, he leído los buenos aires que traías a mi tierra. Y he decidido que quiero luchar, lucharé y moriré por ti si es necesario, querida República. Teñiremos cada rojigualda de morado y al fin volverás con nosotros. A por la tercera, segunda y vieja compañera.

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